domingo, 21 de noviembre de 2010

•Detenidos en el tiempo~.

Para transitar algunos dolores, para poder abrirnos a ellos hay que saber perdonar.
Perdonar es soltar la culpa, La culpa es algo que nos detiene.
Al perdonar, al soltar la culpa nos soltamos a nosotros mismos.
Castigarnos una y otra vez por algo que no podemos cambiar es detenernos en el tiempo.
Hay que salirse de esa huella que nos lleva siempre al mismo camino.
Perdonar, perdonarse es crecer.
Es más fácil escapar que escaparse, tus miedos son mis miedos. No hay que evitar el dolor ni que enojarse con la vida hay que avanzar. [Dijo Simón]
Hay que animarse a avanzar a no tener siempre las mismas respuestas.
Nos cuesta perdonarnos y eso nos destina a quedarnos detenidos en el tiempo.
No perdonarnos es nuestra forma de castigarnos.
Perdonar es más que perdonar al otro, es entender que no somos culpable de las impotencias de los otros.
Cuando repetimos aquello que nos hace mal en verdad es nuestro intento de repararlo.
Tenes derecho a dejar atrás tanto dolor [ Dijo el tío de Jazmín]
Es un intento porque aquello que fue no sea.
Cuando volvemos al mismo sentimiento buscamos la chace de cambiar lo que paso, un imposible.
Perdonarse es soltar la culpa de existir.
Hay deseos muertos que nos atan, nos detienen en el camino. Están los otros, los que te empujan, los que te abren el camino.
Los deseos muertos quieren cambiar lo que no se puede cambiar, nos hacen mirar atrás, niegan el perdón y la posibilidad de perdonar.
Perdonar es dejar en el pasado lo que es del pasado. Es reconstruir desde las ruinas. Es cerrar esa puerta. Es afirmar esa identidad. Animarse a ser otro. Es superar nuestros miedos. Es enfrentar nuestros miedos. Es luchar contra nuestros demonios. Es reencontrarse con uno mismo.
Perdonar y perdonarse es soltar eso que nos tiene detenidos en el tiempo y al fin poder avanzar.